El informe dado a conocer por el Comisionado Parlamentario del Sistema Penitenciario, Juan Miguel Petit, indica que el pasado año fue uno de los peores en las cárceles uruguayas desde el 2006. Hay muertes violentas, malas condiciones de reclusión, tratos crueles e inhumanos y violencia institucional.
Nuevamente el informe de un Comisionado Parlamentario muestra la dura realidad que se vive en las cárceles uruguayas y que deja al descubierto que el 35% de la población penitenciaria está en unidades donde las condiciones son infrahumanas y degradantes, mientras que otro porcentaje similar está en lugares donde tampoco hay posibilidad de integración social.
Petit indicó que el pasado año fue el que tuvo mayor cantidad de homicidios en las cárceles desde el 2006. En esos doce meses se registraron 37 muertos en custodia, 27 por muertes violentas, llámese homicidios o suicidios y 10 fueron por enfermedad. En tanto, el informe de ASSE marca que en el COMCAR se atiende a 120 heridos por mes que presentan heridas punzantes, en el Penal de Libertad se atiende a 10, mientras que en la cárcel de Canelones son más de 60.
El comisionado manifestó que “las cárceles siguen siendo, pese al deber del Estado de garantizar la vida en ellas, el territorio más violento del país”. En su informe también hace referencia a las carencias administrativas, a la falta de recursos técnicos, logísticos y a que no existen programas de atención y asistencia para las familias de las personas privadas de libertad.
También se revela que 20 de cada 100 personas que cumplen pena en las cárceles, tienen dificultades de lecto-escritura y matemática, lo que dificulta severamente las posibilidades de estudio. Una de cada tres personas que comete un delito, están vinculadas a las adicciones, señalando Petit las experiencias innovadoras y los buenos resultados que se vienen apreciando en cárceles como la vieja de Punta Rieles, Durazno, Campanero, Salto, Pintado Grande y Juan Soler, entre otras. Entre las prioridades fijó aumentar las posibilidades de capacitación en oficios y también advirtió una baja presencia de organizaciones de la sociedad civil en dicho centro.